Abridor de almejas automático

El que esté leyendo esto esperando que anuncie el nuevo abridor de almejas powerclam 3000+ va apañado, no hablo de ese tipo de almejas inocente alma cándida, se trata de un eufemismo, ésta entrada quizá sea mas vulgar de lo habitual en mi, es lo que tiene el verano, que la sangre altera, y sobretodo la de la zona genital.

Cuando hablo de abridores de almejas, hablo de películas, si si, por poner un ejemplo, ésta:

¿Mario Casas sin camisa? que cosa tan rara…

Película donde un hombre solo va por una razón, porque quiere gastar un preservativo ese día.
Y es que este tipo de películas solo ven dos tipos de personas, las chicas solteras y las chicas con pareja.

Si un hombre va a ver éste película, y va acompañado, felicitale, esta noche moja, quizá su chica jadee gritando el nombre de Mario (si te llamas así, aun podrás mantener un poco de tu autoestima) mientras te acaricia tus michelines imaginando unos duros y curtidos abdominales, quizá te pida sexo encima de una moto que en el mejor de los casos será una Derbi Variant de tu abuelo, y lo mismo dará que se le clave el asiento a tu chica y le de una hernia discal, porque se la estará tirando Mario Casas, ésta noche mojas, pero tu chica no mojará contigo, mojará con un actor cuyo mayor merito artístico es quedarse atrapado en la maquina de hacer abdominales 5 meses.

No te engañes, el precio de mojar por llevar a tu chica a ver películas como «a tres metros sobre el cielo» o «tengo ganas de ti» es el de que tu novia fantasee con otro tío, es triste, pero es lo que eres si vas a ver truños como éstos para mojar, un triste, la excusa de «es que hace un montón que no mojo y la Jessi es una facilona» no vale, un poco de orgullo hombre, el éxito es acostarte con una tía a la que has llevado a ver «El Señor de los Anillos» o la nueva versión en 3D de «Star Wars», eso es ser un macho, eso es currarselo y ser un puto amo.

Así que, si te llevas a una tía a ver éste tipo de películas para poder «echar un pinchito», has caído muy bajo, deberías mirarte al espejo y decirte a ti mismo «tío, das pena, no mereces tener pelo en el pecho», mientras te arrancas mechones de pelo llorando.

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Especial dedicación a Adri, un hombre que esta noche, llorará en la ducha mientras se pregunta como ha podido caer tan bajo.